No quiero repetir aquellas noches, las que te llamaba por tu nombre y seguía la habitación vacía. Donde solo se escucha el suspiro de mi cuerpo. Donde solo pensaba en pasar de ser un cuerpo ocupando un espacio a estar entrelazado con tus manos, acompañándote por veredas plácidas, aunque ya no sé qué hacer con esos recuerdos. Si pudiera olvidarlos, si pudiera dejarlos. No sé dónde guardarlos, pero tal vez mi fe me ayude a encontrarles un espacio.
No tengo donde estar ni donde ir, quisiera que me ayudes a caminar y encontrar mi lugar a tu lado. Si se me permitiera estar con la primera persona que amé, estarías frente a frente de mi cuerpo y de mis versos. No quisiera que fuera todo relativo, solo para que existiera, en definitiva, ningún espacio distante entre tu y yo. Pero así es este instante, una revelación del adiós y de que las cosas buenas, no pasan por un mismo lugar dos veces. Por eso, no quiero repetir el camino hacia tus manos.
Se me hace difícil incluso el aire que respiro, cada vez más frio, cada vez más solitario; aunque, por comodidad o pura ironía, he aprendido a amar la soledad. Pero es vacío, es incómodo los espacios que existen entre el si y el no de tus palabras o de las mías. Decisiones que quebrantan las ligeras neuronas que provocan el fuerte latir de las palabras que salen de tu boca y que están albergadas en tu corazón. Esas son las que acabaron en un ataúd sin más dichos, sin más hechos. Una muerte dolorosa pero segura.
Es mejor escucharlas de tu boca y no de tus acciones. Si te hubieras ido sin decirme nada, quizás, sería un dolor más grave que tenue. A lo mejor si no hubieras jugado tanto, tuviera más tiempo ahorrado y no quedara un lastre en mi pecho. Ahora solo resulta que me arrepiento de no poder haber hecho más para que te quedaras. Ahora resulta que no estamos en las mismas huellas. Estamos en la peña del olvido, de un pasado guardado en cámaras de amor y ternura, con una triste ruptura.
No quiero repetir el cuento ni el verso, ni aquellos besos. No quiero repetir los recuerdos. No quiero hacer una nueva historia. Quiero conseguir olvidar de una vez por todas y ponerle fin a estas fábulas y engaños profanos. No quiero repetir cuando evitaba estar a solas, para no pensar en cuando estabas conmigo y las sabanas rozaban la piel. No quiero repetir una triste historia.
Escrito el 21 de febrero del 2021