Para mi viejo:
Pienso en todo el camino recorrido, los errores cometidos, los siete hijos que hoy tienen su propio camino. Pienso en cada uno de los aciertos, victorias y fracasos. En las veces que anduve descalzo, las veces que tuve que darle de comer y vestir a mis hermanos, o las que recibí de ellos. Las veces que tuve que llorar en silencio y enojarme frente a mis seres queridos.
Pienso en todos los años transcurridos, y en la paz de estar en mi hogar, sabiendo que mis nietos están tranquilos y, aunque los bisnietos están lejos, los amo en mis pensamientos.
Quizás callan mis labios pero mi corazón se siente agradecido. A lo mejor, no fui tan afectivo pero Dios sabe que amo y amaré a todos mis hijos.
No fui a la escuela pero Ellos son testigos de que me enseñaron a leer y a escribir. Trabajé incansablemente para que no faltara pan en la mesa, aunque anduve por mucho tiempo fuera de casa…
Hoy recuerdo la vida con el sigilo de unas canas y la piel arrugada. La recuerdo con con sus colores grises y todos sus matices. La recuerdo con tranquilidad y sosiego, con verdad y felicidad. Gracias por ella y los años en la libreta.
Gracias por todos esos años…
Escrito el 22 de octubre del 2020
